Mañana es el cumpleaños de mi hija pequeña y, sin previo
aviso, después de comer me dijo: “Mamá, acuérdate de que esta noche vienen mis
amigas a cenar. Aunque cenaremos en la cocina, me gustaría que este año la mesa
estuviera bonita. ¿Me la pones tú?”.
–“Claro”, contesté. “¡Cómo no voy a hacerlo!”
El único problema era que todavía me quedaba salir a comprar el regalo que tenía reservado y ¡encima me había encargado que le hiciera la compra de la cena que quería preparar! En fin, que tenía el tiempo cronometrado.
–“Claro”, contesté. “¡Cómo no voy a hacerlo!”
El único problema era que todavía me quedaba salir a comprar el regalo que tenía reservado y ¡encima me había encargado que le hiciera la compra de la cena que quería preparar! En fin, que tenía el tiempo cronometrado.

–Así, rápidamente pillé un centro de hortensias secas que tengo en una cómoda y conservan el tono y coloqué bajoplatos malvas sobre un mantel blanco.
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