“Mira”, le dije a mi hija pequeña. “Estoy montando una mesa vintage, ¿qué te parece?”
Pero ella, al verla, me contestó entonces: “Mamá, a mí no me parece vintage, para nada. La mesa que estás poniendo es de estilo romántico”.
Y si, tenía razón, quizá no fuera vintage si nos ceñimos a la definición del término, que describe aquellos objetos retro que tienen al menos diez años de antigüedad, principalmente los de los años 50 a 80 del siglo pasado.
¿Sería de estilo romántico, entonces? Pues mucho más probable, porque había elegido para hacer el ramo del centro unas rosas de color rosa pálido. Humm...
El jarrón blanco que había cogido para colocar el ramo también era, sin haberme dado cuenta, bastante romanticón y me sirvió de punto de partida para ir decorando la mesa:
–Los colores del mantel y la vajilla (los míos de siempre, ya conocidos) tenían que ser neutros, esto es beige o blancos para combinar bien con un camino de mesa de color piedra y bajoplatos de paja para entonar con el camino.
–Para no recargar, elegí la cristalería blanca y unas servilletas rosas pálido de papel para entonar con las flores del jarrón.
–Unas tazas de consomé de porcelana con flores rosas (heredadas de mi madre) me venían al pelo en esta mesa para servir salmorejo.
Destellos floreados
Pero ella, al verla, me contestó entonces: “Mamá, a mí no me parece vintage, para nada. La mesa que estás poniendo es de estilo romántico”.
Y si, tenía razón, quizá no fuera vintage si nos ceñimos a la definición del término, que describe aquellos objetos retro que tienen al menos diez años de antigüedad, principalmente los de los años 50 a 80 del siglo pasado.
¿Sería de estilo romántico, entonces? Pues mucho más probable, porque había elegido para hacer el ramo del centro unas rosas de color rosa pálido. Humm...
 |
| Jarrón Zara Home (www.zarahome.com) |
El jarrón blanco que había cogido para colocar el ramo también era, sin haberme dado cuenta, bastante romanticón y me sirvió de punto de partida para ir decorando la mesa:
–Los colores del mantel y la vajilla (los míos de siempre, ya conocidos) tenían que ser neutros, esto es beige o blancos para combinar bien con un camino de mesa de color piedra y bajoplatos de paja para entonar con el camino.
–Para no recargar, elegí la cristalería blanca y unas servilletas rosas pálido de papel para entonar con las flores del jarrón.
–Unas tazas de consomé de porcelana con flores rosas (heredadas de mi madre) me venían al pelo en esta mesa para servir salmorejo.
 |
| Los bajoplatos de paja son de Ikea (www.ikea.com) |
–Esta vez usé un doble juego de bajoplatos, al colocar unos plateados para dar luz al conjunto y además entonar el menaje con algunos adornos de la mesa que irían en plateado.
 |
| Los bajoplatos plateados son de Makro (www.makro.es) |
 |
| Las cestas, de Better & Best |
Destellos floreados
Teníamos salmorejo de primero y se me ocurrió servirlo en esta bonita, a la vez que práctica, salsera-termo plateada. Combinaba a la perfección y aún mejor si la colocaba sobre la cestita retro teñida de gris que aún no había estrenado. Creo que el detalle romántico fue regarlo de pétalos…
 | |
| De un juego inglés de plata, en la lechera puse los picos y en el azucarero el salchichón |
 |
| Aunque para galletas, aquí lo usé con patés |
Comiendo en plata
Decidí poner todos los aperitivos “a juego” con la salsera, esto es, en objetos de plata. Veréis que los utilizo de manera poco ortodoxa, porque mis queridas amas de casa en crisis como yo, ¡no podemos tener el menaje del palacio de Liria y hay que buscarse ingeniosos recursos!
Para realzar el jarrón, coloqué una bandeja, de plata también, con velas a ambos lados, unas de color piedra y otras blancas muy gastadas.
