Mesa vestida de negro

Cuando llegaba la época de Adviento, muchos años he adornado mis mesas dándolas un toque dorado aquí, un poco de plata allá. Las colocaba un poquito de acebo en una esquina, unas velas en el centro... ¡quedaban perfectamente ambientadas! Sin embargo, hasta este año, nunca me había percatado de que tradicionalmente las velas del Adviento tienen cada fin de semana diferente color. Para las que quieran saber su significado:  el morado significa vigilancia, el verde; esperanza, el rojo; alegría y el blanco; cercanía.

Pero si veis, yo en esta mesa he roto en parte la tradición porque a las velas blancas he añadido también el oro. Pero es que, además de adornarla con más lujo por ser los preludios de la Navidad, necesitaba el brillo del dorado para levantar la luz al conjunto de una mesa con mantel negro.  

En efecto, el resultado de las mesas vestidas de negro como veis es elegante. Pero¡¡uff, qué oscuridad fue lo primero que pensé cuando me enfrenté de llenó y en directo a la gran masa negra!!

–Por eso comencé por atravesar el mantel por un camino dorado sobre el que coloqué el centro de mesa de flores artificiales. Como ya no dispongo de flores en el jardín, para adornar el resto de la mesa corté los frutos rojos de la nandina, que quedan muy navideños, parecidos a los del acebo.

–Para montar la mesa, comencé por poner el bajoplato dorado, la vajilla con flores rojas y cristalería granate. La panera iba a juego con el bajoplato y la servilleta en tonos granates también.

                                Dorada geometría
Para seguir iluminando este tablesetting de Adviento dispuse una bandeja y una fuente doradas, colocándolas en un juego geométrico: intersección de línea y esfera. 

 

Al bordear los frutos rojos la vela dorada que está fuera de la bandeja, la incluyen y la hacen formar parte del adorno