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Tablesetting y fotos: helenstables.blogspot.com |
Hay una tradición en Alemania muy arraigada en estas fechas
que celebrábamos en casa cuando mis hijas eran pequeñas y que para ellas
resultaba una auténtica fiesta: la llegada del conejo de Pascua para
esconder los huevos de chocolate. Ellas disfrutaban tanto buscándolos que incluso invitaban a
primos y amigos en el rastreo. Y aún hoy, a pesar de ser mayores, me preguntan a veces
si yo “creo que vendrá”. Por eso la mayoría de los años suelo comprar huevos de
Pascua en Semana Santa.
Y como esta no iba a ser menos, se me ocurrió que precisamente podía utilizar
los huevos de chocolate para decorar una mesa de desayuno un poco más especial.
En vez de colocarlos en un cuenco, en una huevera o en una bandeja, ¿qué tal si
los ponía en el árbol de cupcakes? Alrededor de los huevos multicolores, el
elemento más llamativo del conjunto, fui montando la mesa.
–Elegí para la ocasión un juego de café amarillo, un mantel y servilletas del
mismo color, aunque este último más oscuro. Coloqué debajo de las tazas y para
realzarlas unos individuales de vichy amarillo que yo misma había cosido de unos retales. Los doblé en este caso para que no quedaran
muy grandes.
La doy con queso
No siempre dispongo los productos en las piezas de menaje que les corresponden y reutilizo la vajilla para otros fines según me conviene. Porque como veis en estos dos casos, por ejemplo, no hay problema.
Me venía bien poner los mantecados en esta... ¡pequeña quesera blanca! Con tapa no se endurecen.
Para presentar las mermeladas pequeñitas aproveché un porta-salsas inglés que me regalaron mis hijas por el Día de la Madre del pasado año. Quité las tres salsas que traía de la tienda y lo rellené con las mermeladitas. ¡Todo puede acoplarse!
...Y así quedó una vez terminada.